Zapallo Anco: Características, Cultivo Y Cuidados
El zapallo anco (Cucurbita moschata), también conocido como calabaza o anquito, es una especie integrante de la familia de las Cucurbitáceas, originaria de las regiones cálidas de América y muy apreciada en distintas partes del mundo gracias al sabor y aporte alimentario de sus frutos y semillas.
Esta planta anual se desarrolla como guiadora rastrera y trepadora, con tallos que poseen nudos y entrenudos bien definidos. En cada nudo se origina una hoja, usualmente dos yemas, un zarcillo que se enrosca alrededor de un soporte, y raíces adventicias, que aparecen si el nudo está sobre tierra húmeda o en días muy lluviosos.
Existen algunas variedades de zapallo anco desarrolladas durante la década de 1990, conocidas como “de tronco”, que se diferencian de las demás por el hecho de que la guía principal posee entrenudos tan cortos que le dan un aspecto de “tronquito” y a la planta un crecimiento más arbustivo.
Al igual que los otros miembros de la familia de las Cucurbitáceas, las plantas de esta especie son monoicas, es decir que tienen las flores masculinas y femeninas separadas en la misma planta, apareciendo generalmente las flores masculinas antes que las femeninas.
Su fruto se caracteriza por presentar en muchos casos una forma de pera y es una excelente fuente de carbohidratos. Los frutos tiernos poseen una mayor cantidad de vitamina C, mientras que los maduros con pulpas amarillentas o anaranjadas representan un muy buen recurso de vitamina A.
Además de este aporte vitamínico, el zapallo anco o calabaza también es un excelente alimento para la dieta humana porque su pulpa resulta de muy fácil digestión.
Como se dijo anteriormente, las semillas también son aptas para el consumo y se han revelado como una importante fuente de proteínas y aceite.
La multiplicación de esta especie se lleva a cabo generalmente por semillas implantadas en suelos profundos y bien drenados. También pueden obtenerse buenos cultivos en sustratos arenosos, aunque para ese caso es necesario enriquecerlos con altos niveles de materia orgánica.
La temperatura, la energía lumínica y el fotoperíodo son los factores más importantes para el desarrollo de la planta de zapallo anco, influyendo directamente en la expresión sexual de las plantas, en el cuajado y en el desarrollo de los frutos. Requiere un período libre de heladas de entre 120 y 150 días ya que es muy sensible a las bajas temperaturas, y en el estado de plántula pueden sufrir daños aún con temperaturas de 2ºC.
La siembra se realiza una vez que pasó el peligro de las heladas. Se pueden depositar dos o tres semillas por hoyo a una profundidad de 5 centímetros, aunque en algunas variedades de alto costo de semilla se suelen depositar solo una por pozo.
Es importante que al momento de echar las semillas el suelo haya alcanzado la temperatura mínima de germinación (de 10 a 15ºC) y que disponga de humedad para que aquella se produzca.
Es conveniente que el área de tierra para cultivar el zapallo anco sea plana y con leve pendiente para darle mayor eficiencia al riego.
Una buena labranza del terreno y una superficie bien mulida pueden contribuir al desarrollo del importante sistema radicular de cada planta, el que en algunos casos puede llegar al extremo de medir cerca de dos metros de profundidad.
Zapallo anco: Necesidades de riego
Respecto de sus necesidades hídricas, el zapallo anco suele requerir más riego cuando se inicia la floración y durante el engrosamiento de los frutos.
En regiones áridas con terrenos arenosos o franco-arenosos se necesitan 12 riegos con una frecuencia semanal, mientras que en algunas zonas con terrenos más pesados y con más precipitaciones se puede prescindir del riego.
Durante todas las etapas del cultivo, es importante evitar la acumulación del agua de riego, ya que ésta puede afectar seriamente el desarrollo de la planta.
Fuente: flordeplanta