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plagas de invierno en la huerta y en el jardin pocas pero peligrosas

Plagas de invierno en la huerta y en el jardín: pocas, pero peligrosas

Aquellos que tienen experiencia en la gestión de un huerto saben que con la llegada de la primavera tienen que estar muy pendientes de las plagas en el jardín, aplicando tratamientos preventivos y observando muy bien cada planta anticipando la llegada del temido pulgón, mosca blanca, araña roja, etc. Sin embargo, no todas las plagas son habituales en los meses más cálidos.

Las plagas de invierno existen, sí, y aunque son pocas, son tanto o más peligrosas que sus compañeras veraniegas. ¿Las conoces? Hoy en el blog de Fecoagro te contamos cuáles son, además de cómo prevenirlas y combatirlas.

Las plagas más habituales del huerto en invierno

Un aspecto que es interesante saber sobre las plagas de invierno, es que muchas no se ven a simple vista, pues debido al frío exterior, prefieren atacar a las plantas desde dentro, o desde el suelo afectando a las raíces, donde la temperatura es más cálida y pueden actuar libremente si no les ponemos límites.

En primer lugar, y si cuentas con árboles frutales en tu parcela, tendrás que vigilar la aparición de orugas y larvas, como la Zeuzera pyrina (taladro amarillo o barrenador de la madera), o el Cossus cossus (Cósido del sauce o mariposa de taladro rojo), además de ciertos gusanos de escarabajos coleópteros, pertenecientes a las familias Curculiónidos y Escolítidos, como el Scolytus (Escolítido del olmo) o el Capnodis tenebrionis (Gusano cabezudo).

Otra amenaza invernal del huerto y especialmente del jardín es la conocida como “Chinche nebulosa o chinche apestosa” (Raphigaster nebulosa), aficionada a los matorrales, setos y paredes del jardín cubiertas de hiedra. Las ninfas y adultos de esta especie son aficionadas a la savia de diversos árboles frutales, como el ciruelo y el avellano, y atacan también a algunos de nuestros cultivos del huerto, como tomates, maíz y pimientos, además de otras especies ornamentales del jardín.

Prevenir las plagas, siempre mejor que curarlas

¿Qué podemos hacer para prevenir las plagas invernales del huerto, y de paso, también las que llegarán con el calor?

Las labores y tareas que hagamos durante el invierno serán de vital importancia para evitar problemas de plagas, enfermedades y carencias nutricionales.

El número de especies que se cultivan en los meses fríos del año son relativamente pocas con respecto al de otras épocas del año, pero nuestra actividad no debe cesar, es el momento ideal para la planificación, el mantenimiento y la preparación de nuestra parcela para evitar problemas durante la primavera y el verano. Si no tienes claro qué debes hacer te damos unas pequeñas pautas.

Eliminar los restos de frutos no cosechados y restos de plantas

Las plantas muertas o lo frutos que se han quedado en los árboles son grandes focos de infecciones por hongos, bacterias y virus, además los restos de plantas muertas también favorecen las plagas en la campaña siguiente.

Es conveniente retirarlos todos del suelo y del árbol, incluidas las hojas que durante el invierno han caído. Se pueden introducir estos elementos en contenedores de compostaje, además de todo esto se puede añadir posos de café, desperdicios de la cocina (como peladuras de frutas, verduras,) serrín, cáscaras de huevos, hierba cortada, etc. De esta manera, tras unos meses, conseguiremos un abono orgánico que podremos utilizar para abonar nuestro huerto.

Abonado y desinfección del suelo

Es vital para que los cultivos se desarrollen correctamente tener todos los nutrientes necesarios a su disposición, y esto se consigue con el abonado, bien aplicándolo durante los meses de desarrollo de las plantas (abonos minerales o abonos líquidos) o bien, aportándolos durante los meses de invierno.

Podemos utilizar abono orgánico como el compost o bien con la incorporación al suelo de plantas que normalmente no son consumidas por las personas pero que aportan nutrientes de fácil absorción para las plantas, ejemplo de estas plantas son la veza (fija nitrógeno), la colza (aporta micronutrientes como el azufre), los cereales (mejoran la enmienda húmica del suelo), además este tipo de abonados protegen durante el invierno el suelo de la erosión, otro beneficio de este tipos de abonos es que favorecen las desinfección del suelos eliminando patógenos perjudiciales como nemátodos (Pratylenchus s.p, Meloidogyne spp.) y hongos (Rhizoctonia solani, Phytophotora sp, Phytium sp, Verticillium dahliae, Sclerotinia sp) que ocasionan grandes pérdidas de cosecha.

Mejorar el cuajado de las flores

En el huerto suele haber múltiples plantas y cada una tiene un aprovechamiento diferente: hojas, raíces, flores o frutos. En las plantas que se aprovechan sus frutos es necesario que el mayor número de flores cuajen (sean polinizadas), entre las que también se encuentran nuestros árboles frutales.

Existen varios agentes externos que favorecen este cuajado con el aire, la lluvia y los insectos. Los dos primeros factores son difíciles de controlar, pero sí que podemos contribuir a mejorar la presencia de insectos polinizadores como abejorros, mariposas, abejas o coleópteros sembrando mezclas de flores que sean atrayentes de estos insectos (Meliplus Melody).

Aumentar los depredadores naturales

Uno de los mayores problemas del huerto junto con la presencia de las malas hierbas es la presencia de múltiples plagas que dañan las plantas y sus frutos, en ocasiones provocando su muerte.

Existen numerosos productos químicos que nos ayudan a controlar estas plagas, pero tienen muchos inconvenientes medioambientales, plazos de seguridad (no podemos consumir el producto de un periodo de tiempo más o menos prolongado)… por ello es mejor intentar controlar estas plagas con plantas que o bien favorezcan la presencia de depredadores naturales o que repelan a dicha plaga de nuestra huerta.

Algunos ejemplos serían la manzanilla (atrae crisopas), la caléndula (avispas parasitarias, repele la mosca blanca), albahaca (chinches), lavanda (repele diferentes pulgones) o phacelia (atrae depredadores del piojo San José).

Como en invierno no son tan habituales las plagas en el huerto, hay que tener cuidado para no llevarnos una sorpresa en primavera. Por ello, es importante que realicemos tareas de prevención de plagas también en invierno, garantizando unas plantas saludables que nos regalen una abundante cosecha llegado el momento.

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