Huerta orgánica: cómo enfrentar las 5 plagas más comunes del verano
Los agroquímicos son palabra prohibida cuando se habla de este tipo de plantaciones. Para hacerle frente a esos bichitos invasores, hay recetas caseras que resultan muy efectivas.
Las huertas o jardines orgánicos son un boom en los últimos tiempos. El contacto con la naturaleza, la posibilidad de producir los propios alimentos y algunos pesos que se pueden ahorrar son algunas de las razones por las que cada vez más personas se transforman en hortelanos.
Por su parte, la tendencia mundial de cuidar el origen de lo que se consume y el modo en el que la comida se produce hizo que las huertas orgánicas ganaran terreno. En este sentido y, como es sabido, en este tipo de plantaciones no pueden utilizarse agroquímicos. Pero los insectos no hacen diferencia a la hora de alimentarse de las plantas y en verano están más activos que nunca.
A continuación, se detallan algunas de las plagas más comunes en verano y su rastro en el jardín y, luego, las alternativas para alejarlos sin caer en productos de alta toxicidad.
Los invasores más comunes del verano
Lejos de ser simplemente incómodos visitantes, las plagas de verano son algo que erradicar desde el principio para evitar que arruinen las plantas en un tiempo récord. Porque si tienen una característica distintiva es su gran capacidad reproductora y, además, una voracidad capaz de arrasar con todo el verde del jardín en un abrir y cerrar de ojos.
Muchas veces se trata de bichitos muy pequeños, difíciles de notar a simple vista porque, por lo general, saben cómo esconderse. Por esa razón, además de tener en claro quiénes y cómo lucen, es importante conocer la huella que pueden dejar en la huerta y, de esa manera, poder actuar a tiempo para evitar daños mayores. En ese sentido, algunas de las plagas más comunes en verano son:
Ácaros arañas: Es muy difícil detectarlos debido a su tamaño, aunque pueden ser descubiertos gracias a los signos de su alimentación, que deja puntitos plateados en las hojas.
Cochinillas: Hay dos tipos de cochinillas, con armazón y blandas. Ambas forman protuberancias de color en los tallos de las plantas, hojas y frutos. Las hormigas ayudan a combatir esta plaga.
Gusano tejedor: Se juntan en los extremos de las ramas y tejen telarañas sedosas. La alimentación generalmente no produce daño al árbol a largo plazo, pero el nido es desagradable y puede crecer bastante hacia fines del verano.
Moscas blancas: Estos pequeños insectos se alimentan succionando los jugos de las plantas. Se reproducen rápidamente, más aún, en época de sequía.
Pulgones: Se trata de insectos que, para alimentarse, succionan la savia de las plantas. Producen una sustancia melosa que puede provocar la aparición de problemas secundarios como la negrilla.
Una vez que se descubre la presencia de alguno de esos insectos en la huerta o el jardín, es preciso desempolvar el libro recetas y trucos de la abuela en busca de plaguicidas caseros. Hay muchas alternativas para evitar los químicos más poderos y en las siguientes líneas se mencionarán algunas de ellas.
Insecticidas caseros, la solución eco friendly
Es importante monitorear la cantidad de insectos que habitan en la huerta y el perjuicio que ocasionan en las plantas para determinar la sanidad de las mismas. Si el umbral considerado sano aumenta y el daño comienza a ser grande, es momento de actuar. Para ello, sólo se debe observar con cuidado en el revés de las hojas, donde comúnmente se encuentran los bichitos.
Existen muchas diferencias entre los plaguicidas industriales y los que pueden fabricarse en casa. Los primeros, aunque actúan de manera rápida, son mucho más costosos, dejan residuos tóxicos en las plantas y pueden matar a los insectos benéficos, como lo son las abejas. Los segundos son amigables con el medio ambiente, no producen ningún tipo de daño en el organismo al ser consumidos, pero su desventaja es que deben aplicarse con mayor regularidad, una vez por semana.
A continuación, algunas recetas caseras que pueden emplearse para combatir a los invasores del jardín:
Cerveza: una forma sencilla de combatir a los bichos indeseados es colocar una latita con cerveza, al ras del suelo. El líquido los atrae y los insectos caen en el recipiente, donde quedan atrapados.
Sal: este método consiste en rociar sal sobre la superficie de la huerta para que los insectos mueran deshidratados. Muchos especialistas no lo recomiendan debido a que cambia las propiedades del suelo, lo saliniza.
Cenizas: los restos de la madera quemada para el asado pueden servir de mucha ayuda a la hora de alejar a los insectos. Sólo basta esparcir las cenizas alrededor de la huerta o las plantas a proteger. Los insectos no traspasarán esa barrera.
Spray de ajo: es muy efectivo para eliminar los pulgones. Para prepararlo se necesita un litro de agua y una cabeza de ajo. Se debe pelar y picar los dientes de ajo y colocarlos en el agua durante un día. Luego, llevar a fuego lento por unos minutos y colar. Para tratar la plaga se rocía la planta con el líquido resultante durante 5 días, evitando el sol directo.
Finalmente, otra manera sencilla de mantener la sanidad de la huerta y cuidar el medio ambiente es la combinación con especies aromáticas como la lavanda o el romero. Estas plantas emiten un aroma bastante fuerte que repele a los insectos. Por otro lado, las flores coloridas, como las caléndulas, también sirven para ahuyentar a los bichitos de la huerta. Los colores llamativos atraen a los insectos los cuales las prefieren ante las de hojas verdes, como las lechugas o espinacas.